A pocas semanas de que Malviviendo llegue a su fin, la webserie española de mayor éxito del momento ha engrosado su laureado palmarés con un nuevo premio, el de ‘Mejor comedia’ en los Roma Web Awards, celebrados el pasado 26 de abril. Un reconocimiento que, como en otras ocasiones, se produce a miles de kilómetros de esa Sevilla que ha servido de inspiración para las andaduras de los personajes (y autores) de esta serie cuyo argumento aborda la realidad de los barrios más humildes con sarcasmo y humor. En este post abordamos las claves que han convertido a Malviviendo en un fenómeno de masas en la red.

Cuando se tiene talento y pocos medios para alcanzar una meta o un sueño, hay tres lecciones que pueden ser de gran ayuda. “Ni una, ni dos, ni tres, sino tres”, que dirían los protagonistas de ‘Malviviendo’, la webserie que ha triunfado en nuestro país y parte del extranjero gracias al desparpajo de sus creadores, cuatro jóvenes sevillanos del barrio de Triana sin apenas recursos pero, eso sí, con los pies en suelo y muchas ganas de divertirse haciendo aquello que más les gusta, aquello con lo que intentan ganarse la vida en lugar de recurrir al primer trabajo que les ofrezca una ETT.

A falta de unas pocas semanas para el final de la tercera y última temporada de la serie, con un bagaje de seis años de rodaje, miles de horas de sacrificio y 40 millones de reproducciones en Youtube (que se dice pronto), ‘Malviviendo’ debería ser un referente para todos aquellos que aspiran a tocar el cielo con ayuda de Internet. “Ni una, ni dos, ni tres, sino tres” son las lecciones que, como te decía, nos enseña esta producción que algunos denominan ‘Cine de guerrilla’, tan lejana a esas grandes series de HBO que tanto admiran sus creadores y que no han dudado en usarlas como referente en sus guiones. Dentro cabecera:

Primera lección: inspírate en aquello que admiras

David Sainz, Antonio Velázquez, Miguel Jerez y Carlos Medrano, los cerebros intelectuales de ‘Malviviendo’, solo tenían que mirar a su alrededor para hallar la inspiración. Marginalidad, delincuencia, trapicheo de drogas y un montón de personajes extraordinariamente grotescos formaban parte de la vida del barrio en el que crecieron. Aquí no hay un Walter White ni un Toni Soprano pero igualmente vieron un filón para abordar esa cruda realidad en clave de humor, humor negro eso sí. Y lo consiguieron, vaya si lo consiguieron, haciendo una parodia de sus series favoritas y de realities como ’23 días…’ o Callejeros.

Para estos cuatro chicos de clase obrera, la oportunidad de acceder a títulos como ‘Me llamo Earl, ‘Los Soprano’ o ‘Breaking Bad’ no se debe ni a Canal + ni a la Fnac, sino a la ‘libre’ circulación de capítulos en Internet, un medio que conocen tan bien como los parques de su barrio. Y así, mientras tomaba unas cervezas con los amigos, a David Sainz se le ocurrió la idea de rodar un capítulo piloto ambientado en una barriada ficticia llamada Los Banderilleros y subirlo a Youtube. Sus protagonistas, una serie de personajes desdichados y rocambolesco, serían interpretados por ellos mismos. Querían demostrar a esas productoras que ni siquiera se molestaban en hojear sus currículums lo que eran capaces de hacer con una cámara convencional y mucho ingenio. Sus expectativas se quedaron cortas.

Vaciaron sus bolsillos y lograron recolectar 40 euros para el rodaje de ‘Me llaman negro’, título de aquel primer capítulo que obtuvo más de 100.000 visitas en apenas una semana y que relata la hilarante historia de un chico canario que se gana la vida como gorrilla y dedica el resto del día “a hacer nada” con sus colegas de travesuras. Pero sería imposible explicar el inicio de este fenómeno sin hacer alusión a esos planos inspirados en su larga formación seriófola y, especialmente, a la adaptación de la cabecera de Dexter que mereció todo tipo de halagos. En posteriores capítulos llegaron las versiones de ‘Los Soprano’, ‘Me llamo Earl’ o ‘Breaking Bad’, a cada cual más brillante, logrando convertir así su admiración por estas series en su propio sello personal.

Segunda lección: saca partido a los medios a tu alcance (aunque sean pocos)

Deja de lamentarte por todo aquello que no tienes y mira a tu alrededor, seguro que hallarás un montón de cosas realmente auténticas que le darán un inmenso valor a tu proyecto. El propio David Sainz, que además de dar vida a ‘El Negro’ es el director de la webserie, ha explicado en más de una ocasión que para hacer un buen producto solo tienes que recurrir en las cosas que están en tu alcance. “Si tu padre tiene un taller o tu madre una panadería es algo que se puede aprovechar, no busques un coche deportivo cuando tienes cuatro duros”, explica en esta entrevista.

Crear un personaje puede ser igual de difícil que diseñar una estrategia de comercialización, especialmente si no cuentas con la ayuda de un gran equipo creativo. Por suerte, la creatividad no está supeditada al tamaño de tu cartera sino a la capacidad de extraer una buena idea de algo aparentemente insignificante. Por ejemplo, de una gorra de la Expo 92 repleta de pins que Antonio guardaba en el armario se creó el personaje de ‘El Negro’ y su papel como gorrilla. De una silla de ruedas y una carcasa militar que encontraron en la basura surgió el personaje de ‘El Kaki’, un ex militar paralítico con muy mala leche. Y de una colección de camisetas de fútbol nació ‘El Zurdo’, ese camello que cualquier día puedes cruzarte por la calle. Unas cuantas dosis de realidad y mucha imaginación son el material que necesitas cuando no hay donde rascar.

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Seis años más tarde, el proyecto ideado por un grupo de jóvenes amateur dio lugar a la productora Different Enterteinment, que entre capítulo y capítulo de ‘Malviviendo’ ha sacado adelante una colección de cómics de la serie, dos spinoffs de las aventuras de ‘El Kaki’, otra serie llamada Flaman que emite Canal Sur bajo la tutela de Los Morancos y el primer largometraje que se acaba de estrenar, “Obra 67?, que se enmarca en el movimiento Littlesecretfilm surgido a principios del año pasado para luchar contra esas subvenciones que nunca llegan a este tipo de creadores. Un activismo artístico que consiste en rodar una película en 24 horas a partir de una serie de leyes que, como ellos mismos han reconocido, dominan a la perfección.

Una de esas leyes es la improvisación. Otra es aprender a buscarse la vida. Y ellos, a pesar de que ahora cuentan con 1.000 euros de presupuesto para cada capítulo que se va en catering y gasolina, todavía tienen que seguir buscándose la vida para tirar adelante. Parte de sus ingresos procede de la venta de camisetas y de comics a través de Internet. Pero la cruda realidad es que tienen que malvivir con otros trabajos para poder financiar sus proyectos. De dónde sacan la motivación para seguir intentándolo nos lleva directamente al último capítulo de nuestro aprendizaje.

Tercera lección: diviértete con lo que haces y triunfarás

El éxito se puede medir de muchas formas. Para algunos es tener una cuenta corriente repleta de millones. Para otros, la satisfacción de hacer un buen trabajo y ser reconocido por ello. La gente de ‘Malviviendo’ es más de esta última opción, sin que ello signifique renunciar a su billetera. Es una cuestión de prioridades donde la diversión se superpone a todo lo demás.

Es imposible imaginar el éxito de esta webserie si sus creadores no se lo hubieran pasado en grande realizándola. Y esa es una valiosa lección que todos deberíamos aplicar en nuestro trabajo y en otras facetas de nuestra vida. Se puede tardar un mes en rodar un solo capítulo con jornadas de 12 y 14 horas continuadas. O complicarse la vida montando una cabecera distinta para cada sesión. Pero sarna con gusto no pica y el esfuerzo, más tarde o más temprano, acaba siendo recompensado.

Como prueba el centenar de reconocimientos que acumula la serie dentro y fuera de nuestro país, así como una extensa legión de fanáticos en todo el mundo y especialmente en Italia, donde causa tanto furor que hasta se han subtitulado los capítulos en su idioma. Por no hablar de la cantidad de rostros conocidos que se han declarado fans incondicionales de la serie. El actor Antonio Dechent, el cantante Zatu de SFDK o Josh Radnor (Ted Mosby en ‘Cómo Conocí a Vuestra Madre’) han protagonizado algunos cameos que han elevado el caché de esta ficción callejera. Así que, ya sabes, para aprender de los más grandes no hace falta fijarse en los que más tienen sino en los que menos necesitan. ¿Alguien lo dudaba?

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